Tus ojos abiertos,
son como destellos azules
que van creándome infinitos,
a cada parpadeo.
Cuando me miras fijamente,
poco a poco me sumerges,
me abduces irremediablemente,
a todo un cosmos de emociones.
Y es entonces como sentir,
todo un universo de ternura y deseo,
expandiéndose impetuosamente,
en la brevedad de mi existencia.
Tus ojos cerrados en cambio,
me devuelven al plano terrenal,
hacen que mis pies al fin,
pisen tierra de nuevo.
Y mi respiración se va normalizando,
y mis latidos se van ralentizando,
mientras voy colgando la euforia,
en cada una de tus pestañas.
Entonces, ya completamente invadido
por un estado de embriagante sosiego,
me dedico a hallar la paz del mundo,
concentrada en la singularidad de tu lagrimal.
Pier Paolo Ballotti
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