Estoy Aquí, arropado con la oscuridad de la noche
Contemplando el silencio y el vacío de lo cotidiano
Y una vez más cayendo en la dulce rutina de pensar en ti.
Sintiéndome lleno, casi intoxicado de tu esencia
Con la mente cansada de tanto pensarte
Y mi boca ayunando para disfrutar con más gusto tus labios.
Acostado con la mirada fija, perdida en la nada
Pues mis ojos no ven nada, sino te ven a ti,
Mis ansias de tu ser luchando con el cansancio
Que me cierra mis parpados, tatuados por dentro con tu imagen.
Mi alma al desnudo sintiendo el frío de tu ausencia
Y buscando acercarse un poco más a la llama del deseo
Que despiertas en mi, y que incendia cada centímetro de mi piel.
Con ganas de verte, sediento de tus caricias
Que me han hecho cada vez más adicto a ti,
A tu ser, a tu amor, y rogándote que me lo des todo
Que me des más amor del que pueda soportar.
Ahora, al fin la fatiga me vence
Y con resignación voy a entregarme a mis sueños
Que me esperan celosos, por preferir mi realidad contigo.
Mis sueños envidiosos, que no consiguen igualar ni remotamente
La magia que llena cada espacio de cualquier momento,
Ni siquiera el más ordinario que vivimos día a día… nosotros.
Pier Paolo Ballotti.
Contemplando el silencio y el vacío de lo cotidiano
Y una vez más cayendo en la dulce rutina de pensar en ti.
Sintiéndome lleno, casi intoxicado de tu esencia
Con la mente cansada de tanto pensarte
Y mi boca ayunando para disfrutar con más gusto tus labios.
Acostado con la mirada fija, perdida en la nada
Pues mis ojos no ven nada, sino te ven a ti,
Mis ansias de tu ser luchando con el cansancio
Que me cierra mis parpados, tatuados por dentro con tu imagen.
Mi alma al desnudo sintiendo el frío de tu ausencia
Y buscando acercarse un poco más a la llama del deseo
Que despiertas en mi, y que incendia cada centímetro de mi piel.
Con ganas de verte, sediento de tus caricias
Que me han hecho cada vez más adicto a ti,
A tu ser, a tu amor, y rogándote que me lo des todo
Que me des más amor del que pueda soportar.
Ahora, al fin la fatiga me vence
Y con resignación voy a entregarme a mis sueños
Que me esperan celosos, por preferir mi realidad contigo.
Mis sueños envidiosos, que no consiguen igualar ni remotamente
La magia que llena cada espacio de cualquier momento,
Ni siquiera el más ordinario que vivimos día a día… nosotros.
Pier Paolo Ballotti.
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